Director: Javier Fesser
Guión: Javier Fesser. Intérpretes: Nerea Camacho, Carmen Elías, Mariano Venancio. Manuela Vergés. 143 min. Adultos. (V)
Guión: Javier Fesser. Intérpretes: Nerea Camacho, Carmen Elías, Mariano Venancio. Manuela Vergés. 143 min. Adultos. (V)
Camino es una niña de 11 años guapa, alegre e imaginativa. Vive en Madrid y estudia en un colegio de monjas. Un día comienza a sufrir fuertes dolores de espalda y, poco tiempo después, le diagnostican un gravísimo tumor.
La película recorre los últimos días de vida de Camino, que se debaten entre el mundo tenebroso que representa su madre, una mujer de fe que pertenece al Opus Dei, y la esperanza que le producen tanto el cariño incondicionado de su padre como su enamoramiento por un chico al que acaba de conocer.
El problema es que el material del que parte Fesser no es un personaje de ficción sino una persona real: Alexia González-Barros, una chica madrileña que falleció a los 14 años después de una dolorosa enfermedad y que actualmente está en proceso de canonización.Desde su óptica, que él mismo define de “ateo practicante”, Fesser ha hecho una peculiar adaptación de las tres biografías que existen sobre Alexia González-Barros. De estas biografías ha recogido datos, anécdotas y hechos reales que ha troceado, censurado y deformado para construir la parodia que buscaba. Una caricatura que afecta sobre todo a la familia(una madre obsesiva, una hermana sin voluntad propia y un padre tan bondadoso como pusilánime), al Opus Dei (presentado como una institución retrógrada y machista formada por cortos mentales) y, en definitiva, a la Iglesia católica y a su doctrina. El mensaje en ese sentido es claro: Dios no existe y quienes creen en Él y valoran realidades como la oración, el sacrificio o la vida eterna son, o unos malvados, o unos ilusos.
La película recorre los últimos días de vida de Camino, que se debaten entre el mundo tenebroso que representa su madre, una mujer de fe que pertenece al Opus Dei, y la esperanza que le producen tanto el cariño incondicionado de su padre como su enamoramiento por un chico al que acaba de conocer.
El problema es que el material del que parte Fesser no es un personaje de ficción sino una persona real: Alexia González-Barros, una chica madrileña que falleció a los 14 años después de una dolorosa enfermedad y que actualmente está en proceso de canonización.Desde su óptica, que él mismo define de “ateo practicante”, Fesser ha hecho una peculiar adaptación de las tres biografías que existen sobre Alexia González-Barros. De estas biografías ha recogido datos, anécdotas y hechos reales que ha troceado, censurado y deformado para construir la parodia que buscaba. Una caricatura que afecta sobre todo a la familia(una madre obsesiva, una hermana sin voluntad propia y un padre tan bondadoso como pusilánime), al Opus Dei (presentado como una institución retrógrada y machista formada por cortos mentales) y, en definitiva, a la Iglesia católica y a su doctrina. El mensaje en ese sentido es claro: Dios no existe y quienes creen en Él y valoran realidades como la oración, el sacrificio o la vida eterna son, o unos malvados, o unos ilusos.
A película vista se entiende que Fesser no haya querido en ningún momento ponerse en contacto con la familia González-Barros. Para insultar y calumniar no se suele pedir permiso. El problema es el precedente que puede sentar una película como esta, que, para criticar unas ideas y unas instituciones, irrumpe a patadas en la tragedia de una familia.
Fuente: firmante Ana Sánchez de la Nieta www.aceprensa.com
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